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Ayer trataba de poner algún programa de televisión que me indujera al sueño, así que comencé a hacer zapping hasta que encontré uno de esos de refritos. Sí, sí, de esos que solo te emiten pequeños mendrugos de programas ya emitidos en cualquier cadena y que no se sabe muy bien que baremo usan para escoger el pedazo a elegir. Pues bién. Estaba yo ya con los ojos cerrados cuando el comentario del presentador me llamó la atención.
-Jose ha venido hoy aquí con su padre para decirle que por recobrar su cariño va a renegar de su homosexualidad y va a casarse con una mujer.-
Ni que decir tiene que se me abrieron los ojos ante tal presentación, pero imaginaos como me quedé cuando ví que el tal Jose era un jovenzuelo que me beneficiaba de vez en cuando... bueno, nos beneficiábamos mutuamente,claro.
El padre del susodicho decía que si su hijo se casaba con la chica, que también apareció en el programa,recobraría su afecto y Jose estaba dispuesto a ello.
El presentador, matizando con el ejemplo, dijo:
-Ese es un gran gesto de generosidad por parte de su hijo, ¿No cree? ¿No piensa que tal vez ,al dar este paso no sea feliz?-
Y contestó el impresentable padre:- Ah, eso de la felicidad depende de él, es su vida. A mí con que se case, me basta.-
Este programa era de hace unos tres años. Yo me beneficié al jovenzuelo, antes y mucho después del programa.Sé que tiene un hijo con la chica, pero que nunca se casaron y que ella se fue a Madrid con todo el efectivo del banco y de sus últimas nóminas.
El padre es feliz., y él está más tirado que una colilla.
¿Generoso?...Jose fue gilipollas, digo yo.