
He de reconocer que mis pintas no eran precisamente las de un Dandy Italiano, sino más bién las de un Pipa que ha finalizado su trabajo,así que cuando tomé las callejuelas del Camino de Moncada, a las 4:00 de la mañana y ví delante de mí a un tipo tan arreglado que parecía que venía de la Ópera,decidí cambiar de acera.Me miró cuando le adelantaba al paso y creo que me agradeció el gesto.¡Recuernos, que guapo!y por donde yo iba, tomaba él el mismo camino, así que al llegar a mi barrio cambié la dirección y ví que ya no me seguía. Pero al llegar a mi portal le ví a lo lejos acercarse despacio y buscar el lugar donde había concertado la cita.Subí a casa y me asomé al balcón y, curiosamente, allí estaba él,recorriendolas cuatro esquinas de la encrucijada bajo mi casa.Se percató de que estaba en el balcón y ya no podía dejar de levantar la vista, de vez en cuando, para mirar a quien, tan descaradamente le observaba. Enseguida pensé que habria quedado con alguien que hubiese conocido en un chat y que, o había sido plantado, o no sabía muy bien la dirección exacta de la cita.Como quiera que ocurriera, al haber pasado un rato, volví a asomarme y allí estaba,paseando de esquina en esquina con la esperanza de que apareciese.
-Me parece que no vendrá-Le dije.
-Eso parece-contestó mirando hacia arriba.
-¿Te apetece un té? pregunté con descaro... y aceptó.
Subió veloz y nos sentamos a tomar té.Me contó lo que yo ya sabía.
¡Ay,lascitas del chat!
Follamos, y descubrí que prefiero seguir tomando sólo, el Té.