08 septiembre, 2008

Lo que gano y lo que pierdo

Creo que no he sido consciente, hasta hoy, de todo lo que voy a dejar atrás el próximo domingo.
Tenía claro (y sigo teniéndolo) que no renovaría contrato. Me lo piden el cuerpo y la mente; pero sobre todo me lo pide el alma. El cuerpo me grita que quiere descanso y apaciguar el sueño.
Es mi mente la que me indica la necesidad de desestresar la información continua que recibe de las dos empresas y del resto de mi vida, pero sobre todo, es mi alma la que necesita purgarse de toda la negatividad recibida en estos cuatro meses...... eternos, plagados de desprecios de aquellos que nacieron sin piel y que por ello, no sienten.
Pero hoy me ha dado un vuelco, la nostalgia. He mirado más allá de lo que gano con este adiós para encontrarme con lo que pierdo. Y Pierdo mucho. Pierdo la algarabía de mis compañeras, con las que empecé esta aventura, con las que comparto 7 horas diarias de zulo. Con las que ceno en 15 intensos minutos. Ya sabemos todos como termina esto. Las primeras semanas visita casi todos los días, las siguientes, solo una o dos veces para pasar a ser cada varios meses hasta que se pierden en la nada. Y ese café aguado del que me hice adicto al menos dos veces diarias. Y le pierdo a él, a quién no tuve nunca; al que nunca tendré. Pierdo la fantasía de ser su amante, la vitalidad que me daba el verle entrar a trabajar, y el vértigo que nacía dentro al cruzarme con su mirada. Pierdo el balbuceo que me producía el contestar a su saludo, el par de veces que nos cruzamos en el pasillo del baño. Pierdo el paisaje de su cuello y la paz de su sonrisa, la calma de su pecho, la palidez con que brilla. Sus gafas Guadiana que igual estaban, que no estaban...y su barba erótica convertida en un icono de Beatle y que tan bien le quedaba. Pierdo su compañía, que nunca tuve y que le robaba, escuadriñando sus movimientos entre las ondas azules de los paneles que nos separan. Para mí un Mundo, para otros no pierdo nada. Y ya sé que pasará igual....Que le recordaré la primera semana todos los días, las siguientes ,solo una o dos veces para pasar a ser cada varios meses hasta que se pierda en la nada. ¡Qué rabia y... que pena!
Me queda una semana.