17 noviembre, 2006

OTELO

Dicen que Shakespeare escribió varias obras de teatro usando los pecados capitales como centro de la historia y el personaje representativo, como arquetipo de la moraleja.Macbeth como la avaricia,Otelo como los celos o Hamlet como la venganza,En verdad os digo que no fué este su cometido,sino escribir casi semanalmnete una obra que durase cerca de cuatro horas para mantener al vulgo distraido en las tardes de domingo, mientras se emborrachaban de cerveza, sin hacer demasiado caso a lo que allí se representaba.
Si cambiamos el teatro por el fútbol y la cerveza por whisky, nos damos cuenta que las cosas no han cambiado tanto.
Sea como fuere, yo venía a hablar de celos. Esa peligrosa enfermedad que sufrió nuestro personaje y que le llevó a estrangular a su amada Desdémona (aprovecho para recomendar el Ave María, Aria de la Ópera homónima de Verdi,que no tiene desperdicio)por unos celos sin argumentos. Si comparamos este final con la cantidad de muertes al año de mujeres a manos de sus maridos en nuestro país, seguimos observando que tampoco las cosas han cambiado tanto en este campo.
Yo soy un privilegiado. No sé lo que son celos. Es cierto que alguna vez he sentido algún tipo de envidia(normalmente sana) por algo o alguien deseado, pero creo que aprendí también a considerar desde un principio que, ni todo me pertenece, ni todo ha de ser como yo deseo, y menos todavía cuando depende también de la decisión de otra persona
Moraleja: Creo profundamente que no sentir celos me hace ser aún más libre, y considero que ser celoso no es amar más, sino peor.