Nunca he sido un tipo llamativo. Ni por guapo, ni por feo, ni alto, ni bajito. Creo que yo inventé el término...del montón.
Es curioso que cuando ardes en deseos de ligar para encontrar pareja, te encuentras que, como en el juego de las sillas, todos están ocupando la suya y tu estás eliminado. Y sin embargo, en el momento en que ya has ocupado tu silla, comienzan a lloverte ofertas de amor eterno. ¿No os ha pasado alguna vez? Eso sí; si por algún motivo te levantas de tu silla, será ocupada enseguida y las ofertas estarán caducadas.
Pero ahora estoy en una etapa diferente. Ahora es cuando me quedé sin ocupar ninguna silla por voluntad propia, y comienzan a lloverte las ofertas y sólo encuentro dos motivos:
Echo unos polvos de muerte; Cosa que no creo porque, aunque los hay que repiten me he hecho muy egoista en estas lides y al contrario que en el capítulo 1, en vez de dar placer, me dedico a recibirlo, y...
La gente está falta de cariño y se aferra a cualquiera que pueda darle un abrazo, aunque sea por un momento ficticio, sexual. A veces es fácil conformarse con algo así cuando escasea el afecto.
Sea cual sea el motivo, he de reconocer que prefiero la soledad a las ligaduras del amor, por eso, una vez acabado el polvo, ni dormir juntos. Tú en tu casa y yo en la mía.
Es curioso que cuando ardes en deseos de ligar para encontrar pareja, te encuentras que, como en el juego de las sillas, todos están ocupando la suya y tu estás eliminado. Y sin embargo, en el momento en que ya has ocupado tu silla, comienzan a lloverte ofertas de amor eterno. ¿No os ha pasado alguna vez? Eso sí; si por algún motivo te levantas de tu silla, será ocupada enseguida y las ofertas estarán caducadas.
Pero ahora estoy en una etapa diferente. Ahora es cuando me quedé sin ocupar ninguna silla por voluntad propia, y comienzan a lloverte las ofertas y sólo encuentro dos motivos:
Echo unos polvos de muerte; Cosa que no creo porque, aunque los hay que repiten me he hecho muy egoista en estas lides y al contrario que en el capítulo 1, en vez de dar placer, me dedico a recibirlo, y...
La gente está falta de cariño y se aferra a cualquiera que pueda darle un abrazo, aunque sea por un momento ficticio, sexual. A veces es fácil conformarse con algo así cuando escasea el afecto.
Sea cual sea el motivo, he de reconocer que prefiero la soledad a las ligaduras del amor, por eso, una vez acabado el polvo, ni dormir juntos. Tú en tu casa y yo en la mía.